viernes, 18 de octubre de 2013

Cumbia Señora

chica
La productora no estaba. Y todos saben qué pasa cuando Jimena falta… ¡CUMBIA NENA! Momento histórico. Bajo el hashtag #HolaSeñora llamamos a la dueña del teléfono que venía en el billete del Mono. La buena onda de la mujer: “Ay pobre, qué desilusión” cuando el Mono vio que la mujer de la foto no era la mesera que lo había deslumbrado. Igual, la señora alentó al Mono a volver al bar y conquistar a la waitress, no sin antes pedirnos encarecidamente que tachemos su número del papel.

El que anotamos fue el de nuestra querida Melanie, quien debutó finalmente con su sección Reflexiones de una chica común. Esta primera vez vino acompañada de configuraciones mentales. “Es una denominación que le puse yo simplemente a la forma de pensar de las personas”. Cada uno piensa de un modo distinto. “Pero hay modos y modos”. Como el Modo Twitter, esos que se levantan a las 6 de le mañana con la necesidad de saludar a su público: “buen día gente”. Pero lo que le preocupa a Melanie es cuando estas personas comunican todo lo que hacen en su rutina diaria: “hoy voy a ir al gimnasio” ¡Bien por vos! La verdad que no me interesa en lo más mínimo ¿Qué tal el Modo Positive/Negative? “Esas personas que ya irritan un poco”. Porque la felicidad constante no es normal. “Tené un día de mierda”. Permitítelo. El Negative va por el lado pesimista. “Puede ser por una cuestión de victimización”. Igualmente insoportables. Modo cinéfilo o seriéfilo. No va en la obsesión de mirar muchas películas o series, sino en la manía constante de relacionar situaciones con momentos de estas películas o series. “Hay que saber manejarlo y no coparse”. Para los que crean que el Modo Indeciso-Gataflora se reduce a las minitas, se equivocan, “Hay muchos gatafloros”, igual que hay hombres que entran en el Modo Mujeres. “Las mujeres contamos el tiempo en conjuntos de ropa”.

Lo cierto es que Don Ferro vino en Modo Peronista. La Perla Verde estuvo teñida del día de la lealtad porque “los días más felices fueron, son y serán peronistas”. Eso diría Elio Rubén Montaño, un hombre que la rompió en la década del 50. En 1955 “el general de todos solicitaba asilo en Panamá”. Montaño estaba de gira en Centroamérica y quería visitar a Perón. Tuvo que viajar en taxi todo el tiempo porque Perón vivía en las afueras de la ciudad. Así se gastó todos los viáticos. A Montaño le decían “el loco”. Jugó en Newell’s y Central, donde compartió equipo con Menotti. En un clásico, tuvo la oportunidad de llegar al empate. Mano a mano. “Define mansitamente” y empieza a gritar “vieron giles, griten ahora”… pero la pelota nunca entró. Cuando se fue a Uruguay disfrutó de noches de casino. Una vez, ya sin un mango, se tiró arriba de la mesa y gritó “me juego, me juego yo” ¿Dudas sobre el mote? Además de loco le decían “el tuerto”. Y eso viene de sus épocas xeneizes. En un partido Montaño fue golpeado en la cara. Mientras yacía en el suelo, Venancio Acosta lo miró y le dijo: “levantate tuerto, tomá el ojo, se te salió”. Además del casino le gustaba el cabarulo. “Era desfachatado”. Alguna que otra vez se escapó de la concentración y volvió a las 6 de la mañana. Al cruzarse con un dirigente, “se hizo el sota”. Última. Central-Atlanta en 1969, ganaba 4 a 0. Con su amigo “el gitano” decidieron que iban a hacerle una joda a Menotti durante el segundo tiempo. A no pasarle la pelota. Lateral minuto 90. Lo mira a Menotti, “¿la querés?”, cuando se la pasa, Menotti le pega tal boleo a la pelota que le valió la expulsión. Y Don Ferro cerró: cuando lo vendieron a Peñarol, los diarios uruguayos titularon “Peñarol trae a un delantero peronista”.

A Charla de Cerveza con Maní trajimos carreras ambiguas. Cuando el Mono estaba en 5to año “no sabia bien qué estudiar”, así que metió test vocacional ¿El resultado? Un terciario llamado “tiempo libre y recreación”. Emma se vino más existencialista y convocó a pensar de qué vienen esas carreras que nos resultan comunes ¿De qué labura un ingeniero industrial? “Trabaja en la ingeniería y la industria (…) no sé pero garpa”, le respondió Malanie. Según el Mono, los estudiantes de Arquitectura se están matando durante años para terminar haciendo dibujitos. “Relaciones Públicas es un choreo a mano armada”, proclamaba nuestro conductor, y Dafna Groisman le saltó a la yugular. Mientras nos explicaba en qué consistía su trabajo, entró Ilo al grito de “lo último que haría en mi vida sería relacionista público”. Pica. “A ellos les enseñan a trabajar en empresas y  a nosotros a destruir empresas”. Ponele. Igual Melanie estaba más preocupada por el futuro de esa pareja que por contarnos qué estudia: Relaciones del Trabajo. “Las personas como yo trabajamos en empresas para que no haya conflictos” ¿Recursos Humanos? ¡Jamás! Porque el hombre no es un recurso.


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