viernes, 26 de abril de 2013

Fuga de Risas

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El Mono llegó al programa esta vez. Y Leandro también, luego de un poco fugaz paso por el viejo continente y cumpliendo un año en Simplemente Imperfectos. Besó chicas europeas, pero no se enamoró. Trajo algo que contar. “Es una no historia, pero una no historia intensa”. Era una tarde de 20 de abril en Salamanca. Una tarde difusa debido a la joda vivida la noche anterior. “Me rompí la cabeza”. Eran las 14.30 y tenía todo el día siguiente para ir de compras por Madrid antes del retorno. O al menos eso pensaba. Hasta que hurgando entre sus cosas encontró el pasaje que decía: 20 de abril. Inmediatamente llamó a Aerolíneas. No hace falta que digamos qué fue de esa batalla. La cuestión es que llegó a Buenos Aires, almorzó con la flia el domingo y fue feliz.

Seguro que rió mientras contaba sus peripecias. Y si de reír se trata, mejor hablar con expertos. Diego “Hueco” Lorenzo en el Aviso Clasificado. El reidor de la gente, que labura todos los días de la semana, ya sea en Duro de Domar, TVR, 678, Radio Splendid, o Endiablados Radial. Uff, eso sí que es trabajar ¿Cómo se metió en la industria de la risa? Con Lombriz y el Negro se conocen de la noche hace 19 años. Ellos lo arrastraron a una entrevista donde se encontró Daniel Jacubovich, productor de Orsai en TyC. “Así empecé hace 18 años” y se dedicó de lleno a esto. Venía mejor que vender flores. Y es como todo. A veces tenés un mal día, pero cuando entrás al trabajo te olvidás por un momento. “No es fácil reírse todo el tiempo, hay chistes muy malos”, pero al final son los que más gracia les causan. “Con el conductor tenemos un feeling también”, aunque “a veces ni pelota nos dan pero nosotros vamos al frente igual”. No siempre están arriba los tres, pero “somos un equipo ya”. Incluso pueden estar hablando de otra cosa y reír en el momento justo, como si estuvieran en piloto automático. “Muchas veces estamos haciendo TVR y ponen algún tape de la semana, nos reímos y nos miramos, ‘¿cuándo fue esto?’”. Esta profesión también le dio a Hueco muchos momentos lindos, como “estar con gente que en mi vida me habría cruzado”. Por ejemplo, soñaba con tener una foto con el Diego, “hasta que un día lo tuve y ese día temblaba”. Ahora tiene tres. “Tengo mucha gente conocida y eso la verdad que es bueno”. Ayudita para reírse no necesitan, aunque “hemos venido borrachos”. Pareciera que no tienen competencia. Esas tres risas son únicas ¿Qué le falta? “Conducir un programa en aire” porque ya estuvo en cable con un programa sobre Independiente, el club de sus amores. “Me encantaría que me den la chance en la parte fútbol”. Quizás un panel, no notero. “Acuérdense que va a llegar”.

Como la negación a todas las acusaciones que hizo Leonardo Fariña en Intrusos. “Es como esa mujer que entra a la habitación y el marido está con otra, y él le dice: te juro que no soy yo”. Con esta introducción Leandro Mora Alfonsín comenzaba un Del Asado a la Economía que respondería la pregunta de Fariña ¿Qué es el lavado de dinero? “Me quiero ir”. Eso diría cierto economista de nuestro país, pero jamás Leandro Mora Alfonsín. Lavado y fuga de capitales no es lo mismo “pero tienen puntos de contacto maravillosos”. La fuga de capitales no es necesariamente ilegal. De hecho, comprar dólares, si podés, y guardarlos bajo el colchón es fuga. Lo que tiene este artilugio es “el tema de la apreciación sobre la fuga”. Si unos empresarios reconocidos y alineados con el gobierno abriesen una exitosa ferretería, por decir un negocio sin connotaciones mafiosas, pero pusieran su dinero en cuentas del exterior algo anda mal. En lugar de participar en el mundillo financiero nacional, “no estás confiando en el país”. El lavado de dinero es “blanquear guita de determinada manera para encubrir operaciones ilegales”. Digamos que esos empresarios alineados al gobierno pusieran otra empresa a nombre de Emma. Esta vez, una que construya autopistas. “Vos firmá”, le dirían, pero la empresa en realidad es de ellos. Otro caso. Si esa empresa tuviera sucursales en otras ciudades del mundo e intercambiaran bienes entre ellas, tendrían que valuar sus operaciones. Todo debería estar debidamente registrado. El problema es si alguien sobrevalúa o subvalúa esas operaciones, estaría girando guita sin pagar impuestos. Y voilá. Lavado. Mejor ni hablemos de las triangulaciones, diría Bottinelli. Ahora, para lavar plata, los que la pegan son “negocios que requieren fuerte inversión inicial y poco mantenimiento”. Si lo tuyo es más pequeño no estás salvado. Evadir impuestos “no es lavado en sí, pero sí es una forma de corrupción”. Si todo esto te atormenta, Lein trajo buenas noticias: tenemos 17 países adelante nuestro en el ranking mundial de fuga de capitales ¡Genial! Hasta alcanzar a la China del progreso no paramos. Pero ojo, “no es apología, es descripción para prevenir”.

Eso le hubiera venido bien a Ilo a sus 12 años. En Charla de Cerveza con Maní contó su situación de chat. Tenía una cita a ciegas con una muchacha y lo dejaron plantado en la esquina de Monroe y Triunvirato. “Me afectó mucho mi autoestima”. Obvio que la borró. A la chica. “Era muy feo en esa época yo”. Nos hubiera gustado juzgarlo por nosotros mismos pero te negaste a traer una foto. Porque antes, chicos, Facebook no existía. Aunque parece que algunos no lo entienden todavía. Como Germán, que recibió un toque y quedó desconcertado. “Me acabás de dar un toque, no sé qué hacer”. Risas. “En serio, estoy nervioso”. Respuesta: “¿no te gusta que te toquen” Y bueno… cof cof. El Mono le quiso hacer la segunda al Mirc de Emi “Me metí en el Latin Chat” ¡Error! “Eso y decir llevo caramelos a la puerta de colegios primarios es lo mismo”. Esa fue la reflexión de Leandro, el chico que concretó una cita vía chat con “Flopy chica dulce” ¿Estaría buena? “De arriba con anteojos están todas buenas”. Ponele, Mono. Lo cierto es que la profecía se cumplió, y un día MSN desapareció. Emma se perdió la posibilidad de reencontrarse con ese amor de chat que tuvo de púber. “Esas historias mueren ahí”.

Nosotros también. Discretos, como siempre.


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