viernes, 11 de octubre de 2013

El Otro SI

 
El nuevo celular de Emi fue el protagonista de la Eminécdota. Es que tiene problemitas. El celular. Y convengamos que Emi un poquito también. Quiso buscar el arreglo al telefonito a través de MercadoLibre y antes de darse cuenta, había comprado 20 mil repuestos. Cuestión que fue al local e Iván Drago le solucionó la vida. Un as de la tecnología.

Tecnología ¿Qué haríamos sin ella? De esto hablamos en Charla de Cerveza con Maní El Mono tendría más citas. Según su teoría, ahora las chicas pueden cancelarte con cualquier excusa y vía mensaje, una salida programada. Antes iban igual. En el caso de Emi, todo es una contradicción. Cuando se olvida el celular putea y sufre, pero cuando se olvida que se lo olvidó siente liberación ¿Se entiende? “No me saqués la Play” Eso lo entienden todos. Como también el dilema de qué hacer cuando se corta la luz.

Y andate al cine diríamos. La mala noticia es que El otro fútbol de Federico Peretti no está en cartel. La buena noticia es que pronto volverá a pedido del público ¿Te quedaste afuera?  El otro fútbol muestra cómo se vive este deporte en distintas partes del país, aquellas que a menudo no se muestran o no vemos. “Aprovechan lo poquito que tienen”, nos contó Federico, no se quejan “ante la falta de recursos, viven al fútbol con alegría”. En su recorrido en general se encontró con mucha amabilidad. Quizás la mayor reticencia estuvo en la Provincia de Buenos Aires, pero después incluso le abrían las puertas de su casa y lo invitaban a comer. “Quieren mostrarte cosas que han vivido para mostrarte sus historias”. Tanto pegó su trabajo acá, que ahora está trabajando en un proyecto similar en Brasil. Pero no es igual que acá. “Acá el hincha de una liga local tiene una vinculación más grande con el club porque cumple con una función social”. En esos clubes no hay corrupción porque no hay qué llevarse. Y ya que estamos en tema, le preguntamos a Federico si sería Presidente de River, el club de sus amores. No. Aunque, “siempre está bueno aportar de alguna forma para los clubes”. De hecho en algún momento se acercó al club para hacer algo institucional pero nunca lo llamaron. Es que en Primera el fútbol es otra cosa, no como en esas tierras tan lejanas. “El fútbol lo toman como un complemento más de la vida de cada uno (…) es loco encontrarse gente que piensa al fútbol como un deporte y nada más”.

Fracaso y nada más. Parecía que el destino de Supertramp estaba marcado en sus inicios. Historias en Mono, señores. Su primer disco fue un fracaso y el batero abandonó deprimido. “Como hizo el Zurdo con el programa”, explicó Emma. Pero no pasa nada. Nuevo batero, nuevo disco. Ahora sí, dirían todos. “Este disco fue un fracaso nuevamente”. Así que tomaron la decisión más sensata: disolvieron el grupo. Pero se olvidaron de algo. El millonario que los impulsó en su momento “les dejó deudas de 60 mil libras” ¿Cómo solucionarlo? Tenían contrato por un disco más con la discográfica. Problema. No tenían un mango. Así que el bueno de Chuck Berry les dio la guita. Tercer disco en el 74. Llegaron al número 4 de los charts ¡Bien! Los SuperTramp tenían una particularidad: no mostraban sus caras. Llegaban caminando a los recitales y nadie sabía quiénes eran. Igual se les pasó. “Eran un colectivo musical más que individualidades”, un colectivo que tuvo éxito hasta el 82, cuando empezaron los conflictos y Roger Hodgson se fue a la mierda. Medio raro el tipo. Quiso volver en el 2002 tocando los éxitos de la banda “que fueron compuestos por él”. Pero Rick Davies tocaba las mismas canciones, traicionando el acuerdo que habían hecho en el pasado. “Lo curioso es que a Rick no le gustaron nunca mis canciones”, dijo Roger. Pero lo mejor es que volvería a SuperTramp. “Nunca digas nunca”.

Sino, no estaríamos acá.
 
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