El carnaval de los cortesanos imperfectos

En una jornada complicada por la coyuntura nacional, tratamos de ponerle la mejor onda al fin de mes.

Y como todo fin de mes, llegó la hora de un nuevo Aviso Clasificado. Aimara de Cortesana nos contó cómo es hacer fotos profesionales para modelos no profesionales. Todo lo que se ve en una revista puesto a disposición de una persona que quiera hacer una producción de esa magnitud. “Es una experiencia en sí”. Primero, reunión con la homenajeada para analizar sus gustos y límites. Incluido el nivel de PhotoShop ¿Con o sin ombligo? “Hay gente que lo quiere pero la mayoría prefiere ser uno mismo”. Y cuando decimos la mayoría, pueden ser chicas, chicos, parejas… aunque las mujeres se imponen en la clientela. “Siempre dentro del marco del respeto y de lo fino pero con un sutil guiño de seducción”. El fotógrafo es clave. Es el especialista y ayuda a quien no sabe posar. Pero a no confundirse. En Cortesana prefieren no hacer fotos de estudio. “Siempre alquilamos locaciones”. La idea es que sea libre. Confidencialidad ante todo. Se pueden incluir ideas de los protagonistas, incluso elementos que quieran agregar a la sesión, como un piano ¿Un piano? Sí. De ahí en adelante, sólo las frena el infinito. Ahora solamente queda definir quién será el cortesano imperfecto que se someta a unas sensuales fotografías. Aimara dio el visto bueno.

Podría ir el Mono Rubino con sus pantuflas. “No puedo dormir sin pantuflas”, sentenció mientras contaba las cosas básicas que se lleva a un fin de semana de placer standard. Lástima que no consiguió las pantuflas de mono. Hubiera sido una gran redundancia.

Aunque en el carnaval podría haber ido bien. Así nos adentramos en las oscuras burbujas de una buena cerveza con maní. Emi fue dos años a Gualeguaychú en sus épocas de soledad. Primero fue a un camping y de ahí al corsódromo. “Me gusta mucho el tema de las carrozas… las chicas… el movimiento…”. Al año siguiente volvió pero llovió y se suspendió. El Mono fue también, pero a uno más cercano. Era un “purrete” de ente 8 y 10 años y participó de la murga de Huracán. Fue un camino recorrido durante tres años seguidos. “Le tiraba espuma a la compañerita”. Después se puso de novio y tirarle espuma a esa compañerita ya no tenía mucho sentido. Aunque a no desesperarse chicas, ahora está soltero y por las noches disfruta de la compañía de sus pantuflas celestes. Mati, por su parte, fue al carnaval del Bajo Belgrano porque participaban los primos en la murga. La prima también. Con eso le basta parece, porque a Gualeguaychú no iría. “La puesta en escena es impresionante” defendió Emi. Igual Emma no tenía problema con ese en particular, sino con el porteño. “Detesto el carnaval de la ciudad de Buenos Aires”. Todo muy lindo pero al de Venecia irían todos.

Quizás podríamos sacar unas lindas fotos carnavaleras. Lo sometemos al voto popular. Que el 54% de los argentinos guíe nuestro camino.

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