viernes, 27 de septiembre de 2013

Simplemente Cumbieros

Cumbia
Quiero que todos hagamos palmas… Descontrol cumbiero esta noche. La productora no está. “Estoy muy contento”. No sólo por la ausencia, sino también por el mega lanzamiento del PES 2014 en el que estuvieron presentes Rubino y Serruya. Les dieron un par de souvenires: un pen drive, una remera… y el PES 2014 ¡En tu cara Emi!

Ganas de romper todo no le faltarían, así que nos comunicamos con Guido Dodero, director y fundador de The Break Club, “una alternativa más a las broncas cotidianas”. Para ir necesitás reservar tu lugar y “coordinamos un día, coordinamos qué querés romper”. Ojo, a personas no vale, pero es lícito llevarte una foto impresa para colgarla en el puching ball y darle sin remordimiento. Ellos te pueden proveer de objetos, pero quizás llevar los propios te dé mayor sensación de liberación. La duración depende de qué querés romper y también de tu ímpetu personal, y podés ir solo o acompañado, organizar un evento o reunión. A través de una ventana es posible observar lo que ocurre en el salón, y a veces un amigo “hace de coach” y va tirando letra para que no te olvides de ninguna de tus penas. “Tenemos varias herramientas”: bates de béisbol, palos de golf, palos de hockey… todo sirve. “Creo que soy una de las pocas personas que tiene experiencia en romper cosas”, admitió Guido. Cuando empezó con el proyecto junto a unos amigos “hicimos mierda una caja de un gato que había ahí que había ensuciado todo el lugar”. Desestressante, divertido, entretenido: todo a la vez. “Funcionó para nosotros y para todos”. Ni hablar de la chica tímida que llegó a The Break Club con un pilón de fotos. De afuera no se escuchaba lo que decía pero cuando se fue, toda la basura quedó: eran fotos típicas de noviecitos de 15 años dándose piquitos en el Rosedal. O lo que quedaba de ellas entre los vidrios rotos. “La idea es esa, que haya un pico y después de ese pico viene en bajada”, no hay razones para intervenir. A algunos les sirve como terapia, y no faltan los clientes frecuentes, incluso los que intercalan entre el psicólogo y este lugar. Y por qué no los psicólogos que van y después se lo recomiendan a sus pacientes.

Lo que Ilo te recomienda es ver Mundo Grúa. Ilando fino se dedicó al nuevo cine argentino, “una nueva generación de cineastas aparecidos entre principios y mediados de los 90”. Hoy son los Caetanos y Traperos, reconocidos, main stream, pero que en sus inicios eran parte del cine independiente que surgía por fuera del (escaso) circuito industrial nacional. Este cine no era homogéneo, pero había ciertos patrones que se repetían, como la temática relacionada a las problemáticas sociales (marginación, droga…), y que la mayoría de los protagonistas eran jóvenes al igual que los directores. “La juventud empezó a representarse a sí misma”, y eso lo diferenciaba de las olas de nuevo cine anteriores ¿El contexto? Los 90s de Menem, donde el neoliberalismo arrasó con todo, y “la industria fílmica cae en el peor momento de su historia”. El entonces presidente dio un marco regulatorio, como la Ley de cine y el surgimiento del INCAA tal como lo conocemos hoy. Esta institución ayudó a darle legitimidad a estas nuevas expresiones sociales que afloraban, distribuyendo las películas en los festivales mundiales. En este proceso también fue clave la crítica joven especializada.

Clave es qué animal preferís como mascota. En Charla de Cerveza con Maní ganaron los perros por afano, sobre todo esos que generan embotellamiento de gente porque se echan a dormir en el medio de Florida, o los que viajan en subte y suben y bajan de las estaciones cual pasajeros. “Yo no soy pro nada, yo prefiero una tortuga ponele”. Es que Ilo quiere un animalito que no le rompa los huevos. Como el conejo que tenía Emi, que se paraba en dos patas para que le des comida ¡Pez no! No sólo porque hay que cuidarlo mucho, sino porque trae mala suerte según Emma. “La posta era el tamagochi”. Bien por Ilo. “Mi hermano se comió una tortuga de chiquito”. Bienvenida Cecilia Rubino a la mesa. Un poco exagerada, pero sirvió para engancharnos a todos. Un pequeño Mono de de 15, 16… meses… se llevaba la tortuga a la boca ¿Otra declaración fulminante? Esta vez sobre el entrañable Dientitos: “el veterinario dijo que tenía los genitales muy grandes para su tamaño” ¡Ídolo!


Si querés tener los genitales como Dientitos, no te pierdas nuestra próxima emisión.

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